sábado, 14 de mayo de 2011

Quinientas horas sin probar tus labios,
veinticinco millones de olas,
cuatro paredes, dos películas,
media lágrima
y te espero.

jueves, 12 de mayo de 2011

Te imagino por ejemplo


Me pregunto si ahora que es primavera
y que estás tan guapa
tendría algún sentido
enviarte flores.

Te imagino llegando a casa
cansada de tanta clase,
un poco derrotada quizás
por un examen, por cómo está el mundo
o porque esa mañana 
no me trataste muy bien.

Abriendo la puerta,
sorprendida,
preguntándote por él
por mí o por algún admirador.
Llegando al día siguiente
buscando la manera de preguntarme.
A quién se le ocurre,
flores, a casa,
tú estás loco.

Te imagino también
sonriendo escondida
o cerrando muy fuerte los ojos
esperando por un segundo
algo repentino,
el más leve suspiro
y un sutil guiñar
que lo aclarara todo.

Sería bonito,
y sin embargo se me ocurre
otra idea incluso mejor.

Y es algún día, cuando no mires
plantar una semilla en tu habitación
sin decir nada.
Un árbol que creciera
de tus sudores y tus lágrimas,
para que mucho tiempo después
aunque ya nada existiera
levantaras unos papeles
y encontraras debajo pétalos azules
gritándote
nomeolvides.