jueves, 28 de octubre de 2010

I
Desde un rincón del autobús
en un llavero olvidado
sin llaves
contempla la torre Eiffel
su exilio forzado
por algún turista
sin corazón.


II
Entre escena y escena
alguien coló un fotograma
de otra historia
en el Pont des Arts

Y por un instante
el proyector ahuyenta
las sombras de esta sala
abandonándose a un sueño
imposible
en las aceras de París


III
Antes que la ciudad capitule
y se hunda definitivamente
en las orillas del Sena
desde un antiguo faro 
de hierro forjado
seremos llamados a filas
para alzar las voces
y callar por unas horas
el estrépito del mundo.

Cantaremos entonces 
hasta el último amanecer
sobre los tejados
y la última noche
bajo las faldas
de París.

sábado, 23 de octubre de 2010

Casi apetece

Con una taza de té ardiente
y un principio de frío
sentado en el jardín
escuchando el rumor del agua
mirando al cielo
de un gris deslumbrante
de sol tras las nubes
de tarde otoñal


casi apetece ahogarse en el té
y quemarse las manos
y congelarse los pies
y destrozarse los ojos
y morirse de amor.

domingo, 17 de octubre de 2010

Marea alta

Puede que esta noche
el oleaje enloquezca
y desbocado
haga las maletas.

Puede que remonte la tierra
y cruce hacia el norte
por las vías del tren.

Puede incluso
que te lo cruces por la calle
y no consigas reconocerlo.

Pudiera ser que esta noche
el mar se embarque
en una huida desesperada
de todo lo conocido.

¿Quién sabe?
Tal vez las olas
invadan la ciudad
y toquen a tu puerta.

Quizás, esta noche,
no sólo yo te eche de menos
y él sí se atreva a visitarte.

jueves, 14 de octubre de 2010

La Grève

Hoy han estado en huelga los transportes
no se cantaban tus canciones en el autobús
y nadie jugaba a chincharme 
desde el asiento de enfrente.

Hoy han hecho paro las calles y paseos,
nada de carreras sobre mi espalda
ni pellizcos, risas, enfados o abrazos,
tan sólo enlaces entre sitios grises.

Ya desde bien temprano tus lunares
no se han dejado ver por mis inmediaciones
y los piquetes que hablaban de ausencias
han quemado tus olores en olvido


Hoy tenía el corazón en servicios mínimos
porque no le piden cosquillitas en la espalda

Y por lo que parece esta maldita huelga sin sentido
será indefinida....

martes, 5 de octubre de 2010

Los lunes de octubre

A ciertas horas debería estar prohibido coger el autobús,
cuando la tarde pre-otoñal trata de fundirse con la noche
y por las ventanas se pierden los transeúntes abajo y arriba
apurando los últimos minutos de actividad callejera.

El tiempo parece entonces correr en todos los sentidos
y los momentos se vuelven de una eternidad instantánea.
Así mientras esperas tu parada, la última, como siempre, 
un nombre se dibuja en los nudillos aferrados al asiento.

La oscuridad transforma su timidez inicial en voracidad
engullendo un alma tras otra a los dos lados del cristal.
Las calles comienzan a olvidarse de la ciudad y sus redes
tendiendo abismos a los incipientes noctámbulos.

Y es entonces, cuando no queda nada a tu alrededor
y el autobús recorre carreteras sin sentido ni rumbo,
entonces al observar el vacío del mundo fuera de él
comienzas a comprender que lo único que existe
es un nombre grabado a fuego en los nudillos
de tanto escribirlo entre susurros...