viernes, 4 de marzo de 2011

Viernes 4


Si llueve en la calle
y lentamente se desliza
el viernes
levemente interrumpido 
por un rugir de nubes,

si en la bahía no quedan barcos
temerosos de la tormenta
que se avecina
o que ya llegó,

si llueve ya de tarde
y el mundo sabe a ceniza
de aquel cigarro
que olvidaste apagar,

si el cielo se oscurece
en un arrebato de nostalgia,
si las luces de la habitación
son tan frías,
si sólo encuentro paz
en un libro de poesía.

Entonces,
entonces marzo
incumple su promesa
de deshibernar las palabras
y de calentar la playa
y el espíritu
para el primer baño
en el agua salada,

entonces la secreta esperanza
de sol incipiente
y de muchachas de ojos bonitos
parece desvanecerse
en la lluvia que empieza ahora a caer
a este lado de la ventana,

entonces,
entonces tengo miedo.





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