jueves, 30 de junio de 2011

Austral

Me derrito cuando me cuentas
tus recuerdos de la infancia
mucho más al Sur
de lo que puedo llegar a imaginar,
abrazando árboles, llorando sauces
o barriendo un suelo
irresistiblemente cercano a Kamchatka.

Me muero por tumbarme
girar la cabeza y verte
respirando el aire que nos separe,
entonces sacar fuerzas
del fondo de las pupilas
para contarte yo a ti
mis recuerdos de un colegio,
de una caminata
o de la nieve.

Puede que así, de alguna manera,
vuelen los fantasmas
que a ratos me desvelan,
puede que las palabras
que siempre quiero decirte
encuentren el camino a tu boca,
que se atrevan a a contarte 
los cuentos de la Alhambra
y unas cuantas noches
de constelaciones australes,
guerrilleros en motocicleta
y capítulos de Cortázar.

Aunque quizás tengamos razón
y en realidad no funcione
y tú no me quieras 
y yo nunca te escriba poesías,

pero anda y bésame
que entonces todo es más fácil,
y más bonito,
y más primavera.

1 comentario:

  1. y mas primavera...

    Que sensación mas perfecta se crea cuando alguien te cuenta un recuerdo y lo adoptas como propio. Me encanta Miquel :)

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