sábado, 22 de enero de 2011

Subcomandante. Primero de Enero

A veces nos decimos
de desaparecer
huyendo de nosotros
y del mundo
para encontrarnos lejos,
muy lejos,
reinventándonos de nuevo.

Así se desordenan los versos
según entra la noche
perdiéndose en los cajones
llenos de papeles
al roce del sueño que nunca llega
o evaporándose en las sábanas
empapadas de sudor
ante la perspectiva del día siguiente.

Todo acaba, de este modo,
de manera imprecisa
en una gigantesca mentira
que nosotros mismos hemos creado
para autoconvencernos
de que no existe un sitio común
a la orilla del mar.

Pero recuerda que es sólo eso,
una mentira,
y que un día de enero
coincidimos
en cualquier lugar
entre la playa
y el cielo.

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