Puede que esta noche
el oleaje enloquezca
y desbocado
haga las maletas.
Puede que remonte la tierra
y cruce hacia el norte
por las vías del tren.
Puede incluso
que te lo cruces por la calle
y no consigas reconocerlo.
Pudiera ser que esta noche
el mar se embarque
en una huida desesperada
de todo lo conocido.
¿Quién sabe?
Tal vez las olas
invadan la ciudad
y toquen a tu puerta.
Quizás, esta noche,
no sólo yo te eche de menos
y él sí se atreva a visitarte.
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