En mi habitación hay
una estufa de hielo que congela las miradas
en forma de muchacha frente a la ventana,
un cajón lleno de papeles,
un dibujo especial,
una cama demasiado grande
y muchos discos de Sabina.
También hay un plano de Madrid
cuyas calles se clavan en la memoria
huyendo al primer despiste
en forma de versos sin sentido
o de sueños
en andenes imposibles
de estaciones que no existen
y que siempre son Atocha o la Estación de Francia.
Aquí las banderas se despistan
confundiendo colores
y los libros se reinventan
una y otra vez
sin llegar nunca a leerse.
Cuando debieran ser las diez
son las doce
y en cuanto te sueñas
suena el despertador.
Lo peor de este cuarto
es su enormidad
con sus espacios vacíos
entre muebles y abrazos
donde se acumula el polvo
y los bailes no bailados.
En mi habitación todo está muy a mano
por si un día decido echarmelo bajo el brazo,
escapar al norte,
y fundar una ciudad y una habitación de verdad.
PD. En mi habitación faltan tus caderas
ResponderEliminarEscapar al Norte... Me apunto al sueño, fantasía, ilusión, de poder escapar, cuando nada ya me ate en exceso... Torrente de imágenes próximas a lo surreal o subrreal -como a ti te gusta llamarlo- que es tu particular visión del lenguaje poético que se abre al mundo de la imaginación caótica y ordenada. Espero algún día haber asistido al nacimiento de un poeta, al que mando mi calor y mi estímulo.
ResponderEliminarEn tu habitación deberías faltar tú.
ResponderEliminarYo te invito...
Me ha encantado. Un poema con muchas dosis de canción, melancolía e ilusión.
ResponderEliminarEnhorabuena y feliz año.
Ya te lo dije, me ha gustado mucho y leí también el de No soporto, que me ha gustado aún más.
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