miércoles, 13 de julio de 2011

Morena

Me entran unas ganas locas
de hacerte poesía,
pero de esa alegre
tan poco frecuente,
de esa que te explota en el vientre
transformando de golpe
cada letra en mariposa
cada palabra en sonrisa
cada verso en beso.

Ya le tocara el turno
a la otra poesía,
cuando te alejes irremediablemente
de mi pedacito de sur
y las tardes de estudio
no tengan sol
y cada rincón de la biblioteca
te eche de menos.

Mientras tanto, ahora,
casi sin conocernos,
me apetece decirte
que me pierde
el juego de colores de tu cuerpo
o cuando hablas en valenciano,
cada una de tus mil magulladuras,
cada resquicio de piel de tu cuello,
cada llama que arde en tus ojos,
cada mínimo movimiento de los labios.

Ven a rescatarme un día de estos,
de improviso,
llévame en coche a cualquier sitio,
hazme el amor,
descúbreme de nuevo lo que es la vida.
Un día de estos,
cuando esté a punto de olvidarte.

Mientras tanto, ahora,
casi sin conocernos,
no tenemos que preocuparnos de nada
más que de sonreír.
Porque un día de esos,
de improviso,
vendrá la vida
y nos romperá los esquemas
y nos recordará
y nos conoceremos.

jueves, 30 de junio de 2011

Austral

Me derrito cuando me cuentas
tus recuerdos de la infancia
mucho más al Sur
de lo que puedo llegar a imaginar,
abrazando árboles, llorando sauces
o barriendo un suelo
irresistiblemente cercano a Kamchatka.

Me muero por tumbarme
girar la cabeza y verte
respirando el aire que nos separe,
entonces sacar fuerzas
del fondo de las pupilas
para contarte yo a ti
mis recuerdos de un colegio,
de una caminata
o de la nieve.

Puede que así, de alguna manera,
vuelen los fantasmas
que a ratos me desvelan,
puede que las palabras
que siempre quiero decirte
encuentren el camino a tu boca,
que se atrevan a a contarte 
los cuentos de la Alhambra
y unas cuantas noches
de constelaciones australes,
guerrilleros en motocicleta
y capítulos de Cortázar.

Aunque quizás tengamos razón
y en realidad no funcione
y tú no me quieras 
y yo nunca te escriba poesías,

pero anda y bésame
que entonces todo es más fácil,
y más bonito,
y más primavera.

martes, 28 de junio de 2011

En pie de guerra


Este vivir en pie de guerra
a veces parece lo único que tenemos tú y yo,
lo único que nos mantiene cerca
y más o menos queriéndonos.

Otras veces me aburre, sabes,
pienso que es divertido, que es un arte 
y que a pesar de todo vale la pena;
y con todo eso sin embargo
a esta guerra mundial
de cada día
le faltan más batallas
en las que perdamos
los miedos y la ropa.

Parece que ya no sabemos
ni como ganarnos terreno,
como levantar nuestro imperio
en los pliegues del cuerpo
del otro.
Parece que se te olvidara
darme un poco de bola
y que yo no supiera tampoco
muy bien que hacer
y diera palos de ciego
en busca de tu aliento.

Pero, ya sabes, como dijiste:
mientras haya alguien
tan idiota como yo
empeñado en luchar
por cualquier causa
no habrá nada imposible.

Y también sabes,
como cada día nos decimos
con la mirada,
que nuestra causa además de imposible
es divertida, es un arte
y a pesar de todo vale la pena.

sábado, 14 de mayo de 2011

Quinientas horas sin probar tus labios,
veinticinco millones de olas,
cuatro paredes, dos películas,
media lágrima
y te espero.

jueves, 12 de mayo de 2011

Te imagino por ejemplo


Me pregunto si ahora que es primavera
y que estás tan guapa
tendría algún sentido
enviarte flores.

Te imagino llegando a casa
cansada de tanta clase,
un poco derrotada quizás
por un examen, por cómo está el mundo
o porque esa mañana 
no me trataste muy bien.

Abriendo la puerta,
sorprendida,
preguntándote por él
por mí o por algún admirador.
Llegando al día siguiente
buscando la manera de preguntarme.
A quién se le ocurre,
flores, a casa,
tú estás loco.

Te imagino también
sonriendo escondida
o cerrando muy fuerte los ojos
esperando por un segundo
algo repentino,
el más leve suspiro
y un sutil guiñar
que lo aclarara todo.

Sería bonito,
y sin embargo se me ocurre
otra idea incluso mejor.

Y es algún día, cuando no mires
plantar una semilla en tu habitación
sin decir nada.
Un árbol que creciera
de tus sudores y tus lágrimas,
para que mucho tiempo después
aunque ya nada existiera
levantaras unos papeles
y encontraras debajo pétalos azules
gritándote
nomeolvides. 

jueves, 24 de marzo de 2011

Incongruente(s)

Cuando se acercan aparecen dos cíclopes, 
fundidos en un solo ojo múltiple.


Desde la distancia, se miran dos besos tuertos. 
Se miran,
se juegan;
"respete el perímetro de seguridad",
y siguen tuertos.











viernes, 4 de marzo de 2011

Viernes 4


Si llueve en la calle
y lentamente se desliza
el viernes
levemente interrumpido 
por un rugir de nubes,

si en la bahía no quedan barcos
temerosos de la tormenta
que se avecina
o que ya llegó,

si llueve ya de tarde
y el mundo sabe a ceniza
de aquel cigarro
que olvidaste apagar,

si el cielo se oscurece
en un arrebato de nostalgia,
si las luces de la habitación
son tan frías,
si sólo encuentro paz
en un libro de poesía.

Entonces,
entonces marzo
incumple su promesa
de deshibernar las palabras
y de calentar la playa
y el espíritu
para el primer baño
en el agua salada,

entonces la secreta esperanza
de sol incipiente
y de muchachas de ojos bonitos
parece desvanecerse
en la lluvia que empieza ahora a caer
a este lado de la ventana,

entonces,
entonces tengo miedo.





sábado, 26 de febrero de 2011

Viento y chocolate

Noches como esta
cuando sólo se me ocurre
subir a lo más alto de la casa
para temer el viento
y sus silbidos
o ver las olas encabritadas
deseando desbordarse del mar,
lo único que me reconforta
es un haz de Luna
tras las nubes
o el breve parpadeo de un faro
al final de la bahía.

Si llega desde la televisión
encendida en algún rincón
por allí abajo,
si llega el rumor de una canción
de sobra conocida
o se cuela por cualquier recodo
un aullido que eriza 
todos los sentidos,
ya no apetece dormir
y se despliega ante los ojos
el gran circo del mundo
y los elementos desatados,
colgados sin red,
ajenos al espectáculo,
demasiado enamorados del vuelo.

Son noches de chocolate
para saborearlas a cada segundo
colándose por las calles
de un barrio árabe, de pescadores,
perdiendo el norte por aquí
a las puertas del sur,
en la playa que el Mediterráneo
funde África con Europa
y carne con sal.

Por naturaleza efímeras,
irreales, eufóricas,
oscuras y escasas,
y mejores que ninguna otra
jamás imaginable.

Así, tan pronto como llegó,
el viento se marcha
sin avisar,
momento de dejar de escribir,
cerrar el telón
y volver a la cama.

viernes, 28 de enero de 2011

Nunca me has echado de menos


No consigues imaginarnos
viendo una película o paseando
sin pensar en el tiempo que falta
para el próximo autobús.

Porque sólo sabes añorar con la cabeza
y asaltarte con preguntas incendiarias
que no hacen bien a nadie
y de sobra conoces la respuesta.

Te dedicas a buscar una razón,
una certeza que se lo lleve todo.
Pero no, no es así,
la melancolía no está en el cerebro
sino por debajo del ombligo
cerca de las entrañas.

Entonces es cuando no quieres levantarte
si por la mañana suena el despertador
y la rutina llama a la puerta.
Tú, que tanto amas la vida,
prefieres quedarte abrazando una sombra
que se fundió con la almohada
a fuerza de noches en vela
y de besos al aire.

Y la ausencia es más real que la vida misma,
y si no lo entiendes
es porque no hay nada que entender.

De todos modos, no hagas mucho caso.
A lo mejor, lo que pasa también,
es que soy yo el que no sé añorar
y el que se quedó colgado
en algún rincón de Andorra
mucho antes de que tú llegaras,
o en un bona nit
y un te quiero
justo cuando llegué  yo.

sábado, 22 de enero de 2011

Subcomandante. Primero de Enero

A veces nos decimos
de desaparecer
huyendo de nosotros
y del mundo
para encontrarnos lejos,
muy lejos,
reinventándonos de nuevo.

Así se desordenan los versos
según entra la noche
perdiéndose en los cajones
llenos de papeles
al roce del sueño que nunca llega
o evaporándose en las sábanas
empapadas de sudor
ante la perspectiva del día siguiente.

Todo acaba, de este modo,
de manera imprecisa
en una gigantesca mentira
que nosotros mismos hemos creado
para autoconvencernos
de que no existe un sitio común
a la orilla del mar.

Pero recuerda que es sólo eso,
una mentira,
y que un día de enero
coincidimos
en cualquier lugar
entre la playa
y el cielo.

martes, 18 de enero de 2011

Línea 1


"No hay más ley 
que la fiebre del oro
 en las minas del Rey Salomón"
Joaquín Sabina



La red de vías se extiende
en el corazón de la ciudad
hasta más allá del mar 
o Austerlitz con transbordo.

Toda la gente del mundo
se concentra en este vagón
y a mí me pareciera
que los amores son más amores
aquí abajo.

Quizás, entonces,
las calles bajo las que vuelo
me guarden una sorpresa,
o la ciudad del frío, que espera arriba
a que se abran las puertas,
decida traerla a mis brazos
y dejarnos pasear por los museos,
el Retiro, Callao, o incluso
por estos túneles
donde nunca nieva.

Pero las ideas bellas
no soportan mucho tiempo
el traqueteo hipnótico
y ya sólo consigo acordarme
de mil y una canciones
y de quinientas noches
perdidas en otra ciudad.

Necesito salir.
Atocha, rompeolas de España,
atención, estación en curva.
Tras las escaleras: Madrid,
tan monstruosamente grande
y ella
tan jodidamente pequeña.

sábado, 8 de enero de 2011

Habitación. 2011

En mi habitación hay
una estufa de hielo que congela las miradas
en forma de muchacha frente a la ventana,
un cajón lleno de papeles, 
un dibujo especial,
una cama demasiado grande 
y muchos discos de Sabina.

También hay un plano de Madrid 
cuyas calles se clavan en la memoria
huyendo al primer despiste 
en forma de versos sin sentido 
o de sueños
en andenes imposibles
de estaciones que no existen
y que siempre son Atocha o la Estación de Francia.

Aquí las banderas se despistan
confundiendo colores
y los libros se reinventan
una y otra vez
sin llegar nunca a leerse.
Cuando debieran ser las diez
son las doce
y en cuanto te sueñas
suena el despertador.

Lo peor de este cuarto 
es su enormidad
con sus espacios vacíos
entre muebles y abrazos
donde se acumula el polvo
y los bailes no bailados.

En mi habitación todo está muy a mano
por si un día decido echarmelo bajo el brazo,
escapar al norte,
y fundar una ciudad y una habitación de verdad.